Categorías: Sostenibilidad , Battery
Publicado 13 sep. 2022

La crisis energética mundial podría constituir un argumento aún más sólido para la transición a una tecnología de calentamiento eléctrico en los procesos de calentamiento que se emplean en la industria del refinado de litio, en especial a largo plazo.

La decisión depende de usted. Puede usar gas natural tradicional para los procesos de refinado de litio de su planta, o bien puede ejecutar los mismos procesos con sistemas de calentamiento eléctrico.

A la hora tomar la mejor decisión, ¿qué influencia ejercen la geopolítica y la crisis energética?

Antes de la guerra en Ucrania, los argumentos para incorporar hornos y sistemas de calentamiento eléctrico a los procesos de refinado de litio se centraban en torno a la descarbonización de la cadena de suministros, la mejora del entorno laboral, la reducción de la contaminación por NOx y la incorporación de sistemas de control y automatización, disponibles solo con una tecnología de calentamiento eléctrico variable.

La seguridad energética se ha convertido en una prioridad

Sin embargo, el panorama actual es otro. Lo que en 2021 parecían preocupaciones marginales, ahora se ubican entre los principales puntos de la agenda para los organismos de regulación y los inversores. Los propietarios y operadores de plantas de todo el mundo están evaluando sus opciones debido a un golpe en el mercado energético en una escala vista por última vez en la década de 1970.

Los precios de referencia del gas para Europa, por ejemplo, han subido a máximos históricos. Para el verano de 2022, los precios ascendían a cinco veces el nivel de enero de 2021. Al momento de redactar este informe, los mercados de futuros mostraban una curva de precios de entrega anticipados en niveles sin precedentes hasta fines de 2023.

La situación de Ucrania ha afectado al sector energético en su conjunto.

«En la década de 1970 tuvimos la crisis del petróleo», Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía, declaró frente a un panel en la reunión de Davos de este año en Suiza. «Ahora tenemos una crisis del petróleo, una crisis del gas natural, una crisis del carbón: todos los precios se están disparando y la seguridad energética es una prioridad para muchos gobiernos».

Debido a que el gas natural se usa tanto en la generación de energía, la crisis de Ucrania también ha provocado un fuerte aumento en los precios de la electricidad.

El aumento del coste del gas

Si está poniendo en marcha una planta de hidróxido de litio o carbonato de litio, posiblemente en una jurisdicción cubierta por mercados de carbono o susceptible a tarifas de carbono, entonces deberá tener en cuenta que el coste relacionado con la emisión de dióxido de carbono también ha aumentado. Este aumento, a su vez, se traduce en un aumento del coste en el uso real del gas natural.

Sumado a todo ello, se promulgó la Ley de Reducción de la Inflación relacionada con el cambio climático de 2022 impulsado por el presidente de EE. UU., Joe Biden. Esta ley, de casi 400 000 millones de dólares, ofrece incentivos masivos para aumentar la generación renovable. No obstante, este hecho también proyecta sombras sobre las perspectivas de inversión destinadas a la exploración de nuevos combustibles fósiles, lo que podría mantener inflados los precios del gas natural.

El calentamiento eléctrico es la mejor opción a largo plazo

Sachin Pimpalnerkar, Global Product Manager, Kanthal«Este tipo de consideraciones ocupa la agenda de todas las organizaciones hoy», sostiene Sachin Pimpalnerkar, gerente de Producto Global de Kanthal.

«En la actualidad, incluso con estos precios altos, parte de la economía para la transición al secado eléctrico puede ser marginal», agrega. «Pero quienes prestarán especial atención son las refinerías que se sienten expuestas a los incentivos del mercado de carbono, o que enfrentan demandas de sus clientes para descarbonizar la cadena de suministros».

Incluso si dejamos de lado las consideraciones medioambientales, los argumentos a largo plazo están a favor del calentamiento eléctrico.

«Incluso si dejamos de lado las consideraciones medioambientales», comenta, «los argumentos a largo plazo están a favor del calentamiento eléctrico».

El factor permiso y flexibilidad de ubicación

Otro factor que vale la pena considerar es que el calentamiento eléctrico facilita la ubicación de las plantas, ya que mediante la implementación de una tecnología de horno eléctrico se eliminan las emisiones de NOx.

En aquellas jurisdicciones con más consciencia medioambiental, es posible que las autoridades se resistan a habilitar un nuevo horno a gas cerca de los centros de población, ya que las emisiones que genere se sumarán a la contaminación existente emitida por los vehículos diésel o las embarcaciones que ingresan a los puertos de la ciudad. En varios países, hay ciudades que ya superan los niveles máximos permitidos de emisiones de NOx.

Por otro lado, los niveles de emisiones de gases de efecto invernadero (CO2) provenientes de la fabricación de baterías, en la que se cree que los cátodos y los ánodos representan alrededor del 40 % de las emisiones, proporcionan una razón para ubicar plantas en este tipo de economías desarrolladas. Esto se debe a que, a menudo, son estos países los que más han avanzado en el desarrollo de fuentes de generación de energía con bajas emisiones de carbono.

En general, la fabricación de baterías depende en su inmensa mayoría de la electricidad, y la intensidad de carbono para generar la electricidad varía de forma considerada. Se estimó que, en 2017, por ejemplo, la generación de energía china generará 20 veces las emisiones de carbono de Suecia y tres veces las de Brasil. El impacto en las emisiones totales de CO2 de la fabricación de baterías se calculó en función de un sitio de referencia de menos del 60 % para una instalación sueca en comparación con más del 30 % a más del 70 % para una fábrica ubicada en China, Polonia o India.

A medida que algunos fabricantes consideran la integración de la fabricación, estas ventajas medioambientales relativas pueden crear un caso acumulativo a favor para pasar de procesos a gas a sistemas de calentamiento eléctrico.

«Las consideraciones medioambientales tienden a respaldar la ubicación de aquellas plantas en las que la intensidad de carbono de la electricidad es baja», explica Pimpalnerkar. «Curiosamente, aquí también es donde se están descubriendo nuevos depósitos minerales y donde la industria de los automóviles eléctricos encuentra un mercado que recibe el impulso de los recortes de impuestos para el sector y una mayor conciencia sobre los problemas medioambientales».

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