Categorías: Sostenibilidad
Publicado 18 abr. 2024

Según la Agencia Internacional de Energía, se espera que en los próximos tres años la electricidad libre de combustibles fósiles satisfaga el 90 por ciento de la demanda mundial adicional de electricidad. Y las preocupaciones sobre la sostenibilidad y el cambio climático no son los únicos factores que impulsan esta tendencia. Aquí exponemos seis razones por las que podemos prever que la disponibilidad de energía limpia seguirá aumentando en los próximos años.

1. El coste de los combustibles fósiles se está incrementando...

La invasión rusa de Ucrania ha tenido un impacto sin precedentes en las líneas de suministro de energía globales, sobre todo de gas natural. Esto ha provocado que los precios del gas y el carbón en Asia y Europa alcanzasen niveles récord en 2022 y niveles excepcionalmente altos en todo el mundo en general. Según el último Informe del mercado eléctrico 2023 de la AIE, se espera que los precios se mantengan altos al menos hasta 2025, lo que hace que la energía renovable sea cada vez más atractiva desde el punto de vista económico.

2. …mientras los precios de los combustibles renovables bajan

En la década 2010-2020 el coste de los combustibles renovables se desplomó; por ejemplo, la energía solar cayó un 85 por ciento. Y los precios siguen cayendo. Un estudio realizado por la Universidad de Oxford, en el que se simularon las proyecciones de precios probables tanto para los combustibles fósiles como para las energías renovables en las próximas décadas, estimó que la transición podría reducir los costes energéticos mundiales en hasta 12 billones USD en 2050.

3. La necesidad de seguridad energética está acelerando la transición verde

Otra consecuencia de la invasión rusa de Ucrania es que muchos países, sobre todo en Europa, se están viendo obligados a poner fin a su dependencia del gas y el petróleo rusos. Esto ha llevado a muchos gobiernos a acelerar su transición hacia la energía verde. Por ejemplo, la UE ha respondido a la crisis con su Plan REPowerEU, donde las inversiones a gran escala en energía renovable se consideran clave para poner fin a su dependencia de Rusia.

4. La fijación del precio del carbono está contribuyendo a encarecer los combustibles fósiles y abaratar las energías renovables.

En 2022, había 68 mecanismos de fijación de precios del carbono implementados en todo el mundo, generalmente en forma de impuestos al carbono o sistemas de comercio de emisiones. Para ayudar a prepararse para el futuro en una economía baja en carbono, muchas empresas multinacionales también están introduciendo sus propios esquemas internos de fijación de precios del carbono. A medida que aumenta el precio del carbono, crece el incentivo para que las industrias que hacen un uso intensivo de carbono busquen alternativas renovables. Y en muchos países, los ingresos obtenidos a través de la fijación de precios del carbono se están reinvirtiendo en investigación y desarrollo de energías renovables.

5. Los gobiernos siguen incentivando la energía limpia

En agosto de 2022, el gobierno de EE. UU. aprobó la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), cuyo objetivo es impulsar el crecimiento económico invirtiendo alrededor de 369 mil millones USD en energía renovable. Mientras tanto, las iniciativas REPowerEU y Fit for 55 de la UE, así como la política 1+N de China, incluyen mecanismos para fomentar la inversión en energía limpia.

6. El rápido crecimiento de la capacidad de almacenamiento de las baterías hará que la energía solar y eólica sea más fiable

Una de las limitaciones de la energía eólica y solar es su incapacidad de entregar energía continua y fiable las 24 horas del día, los 7 días de la semana debido a su dependencia de las condiciones climáticas. Sin embargo, esto puede superarse si la energía generada en las horas punta pudiera almacenarse para su uso posterior. En 2022, la capacidad de las baterías para almacenamiento de energía creció más del 80 por ciento en los EE. UU., casi el 100 por cien en China, alrededor del 35 por ciento en Europa y el 90 por ciento en los países del Pacífico de la OCDE (Japón, Corea, Australia, etc.).